Nuestras raices estan en nuestra familia

Nuestra personalidad, maneras de vincularnos, modos de proceder que nos dan el sentimiento de identidad (yo soy), tienen las columnas de sus estructuras en las raices que son la familia.
Estando ya en el vientre materno, quienes nos rodean hablan de nosotros, preparan nuestro lugar para cuando nazcamos (fisico y psicologico), nos desean, piensan en nosotros; desde el primer llanto provocado por la pirmer perdida (el vinetre materno) ese lugar comienza a materializarse. Si el utero es el primer medio que nos acoge, alimenta y nutre, la familia (sobre todo la madre al principio) es el primer medio que nos acoge psiquicamente: espacio de satisfacion de necesidades, deseos y gustos. Las miradas, caricias, cuidados, nos permite alimentarnos afectivamente.
Esto genera una enorme deuda con los padre, una deuda que es importante vivirla no como tal sino “con agradecimiento”. Cuando esta deuda es vivida como tal, se vuelve imposible separarse de los padres porque nunca se va a poder devolver esta deuda. No se podra separarse de las expectativas, deseos, y heridas que nuestros padres han depositado en nosotros. El proceso de desprenderse de la familia, de la persona que creiamos ser (que esta en relacion con el lugar de reconocimiento y amor que la familia nos dio) es gradual y lento. De cómo se lleve a cabo este proceso dependeran las decisiones mas importantes de nuestras vidas, tanto en nuestras relaciones de amistad y amorosas como en nuestras decisiones vocacionales.
En casi todas las culturas, para poder facilitar este proceso, se llevan a cabo “ceremonias” o “ritos” de iniciacion en donde las exigencias psiquicas y/o fisicas facilitaban la transformacion profunda del ser de la persona. Luego de estas experiencias, quedaba delimitado un antes y un despues en donde las cosas ya no son las mismas.
En el transcurso de la vida se suceden muchas acontecimientos: separaciones conyugales, muertes, enfermedades, traiciones…son eventos que mofifican al alma dandole una nueva cualidad. Para poder aceptar e integrar estas experiencias, como toda situacion traumatica, necesitamos remontarnos a nuestras raices (los padres, los que nacieron antes que nosotros en nuestra famillia). Siempre, ante una situacion adversa el psiquismo hace un moviemiento regresivo, de retorno a viejas maneras de vincularse….es como para tomar fuerzas y envion que permitiran superar el obstáculo. El inconveniente surge cuando perduran, aun tienen vida, viejos conflictos con las raices. Estas situaciones suelen ser las indicadas para realizar un consulta. Si nos aferramos a la amargura y al dolor, viviremos una vida en penumbras y muerte en donde la vida es excluida impidiendonos percibir, sentir y existir. No interesa las razones para estar “peleados con los padres”, interesa aceptar y tomar lo que fue dado por ellos: si respiramos es porque algo fue tomado: la vida.
Este proceso de aceptacion y de recepcion, permite luego un proceso de diferenciacion de los modelos recibidos por los padres y redescubrirnos, reinventarnos a nosotros mismos y nuestro ser.

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